He tenido medio abandonado este blog estos días, aunque he seguido el Bonus Stage y Diez Viñetas Más. No es la primera vez que pasa, y hasta me he disculpado mas de lo necesario en esas ocasiones. Esta vez no me disculparé. Es mi blog y yo voy a escribir cuando y como yo quiera. Sin importar quien lo lee o no.
Tenía grandes planes para estas fechas, o mas bien, de tener terminadas varias cosas para estos días, algunas de las cuales quería publicar en este blog. Pero de nuevo, no se pudo. No importa, hay que volver a levantarse y volverlo a intentar. No importa cuantas veces tropecemos o caigamos, necesitamos ponernos de pié, sacudirnos el polvo y volver a caminar, aunque sea uno o dos pasos antes de la siguiente caída… aun cuando hay unas muy aparatosas que nos hacen sentir ridículos o que nos dejan adoloridos.
No abrí este blog para hablar de cosas personales, de hecho, me suelen caer mal las personas que tienen todo el drama de su vida en Internet, pero yo mismo no he podido evitar tocar esos temas de repente. Aun así, no quiero estarme lamentando (ni estármela mentando) a cada rato, pues mi intención siempre ha sido aprovechar este espacio para hablar de otras cosas, cosas interesantes. Si esa es la palabra mágica para mí: ‘Interesante’ y cuando algo es suficientemente interesante, se vuelve fascinante. Tengo muchos temas por ahí pendientes, pero no he tenido la inspiración suficiente para tomarlos y escribir de ellos. Ya habrá oportunidad (espero).
Volviendo a lo de las cosas personales, la verdad es que hasta me siento un tanto ridículo releyendo las ‘reflexiones sobre la vida’ que he escrito, jajaja. Digo, entiendo la importancia de las cosas que sentimos, pues sin ello, nada tendría sentido, pero cuando uno lee, habla o escribe de algo que uno no siente en ese momento puede parecer bastante... ridículo, no sé si haya otra forma de decirlo. Y creanme, últimamente he pensado y sentido muchísimas cosas sobre las que pensé escribir, pero evité hacerlo porque sé que en el futuro me sentiría ridículo leyéndome porque muchas de esas sensaciones son momentáneas (aunque intensas), y sobre todo, porque ¿Qué caso tendría hacerlo público en este medio? Creo que esa es la parte que no entiendo de los que exponen su vida entera en un blog. Es decir. Ultimadamente, si algún desconocido se topa por casualidad con este blog ¿Qué chingados le va a importar como me siento? Y si hay algún amigo al que realmente le interese, pues se lo podré contar en persona o de perdida por Messenger o mail.
Pero voy a intentar tocar el tema desde otro enfoque, de la manera mas fría y objetiva posible, no porque así lo vea, sino porque precisamente esas emociones o sensaciones repentinas y fugaces nos pueden hacer actuar de manera idiota y nos podemos arrepentir de decir o hacer cosas, que si bien son ciertas, cuando actuamos solo por impulso las decimos de la peor manera posible. Mas bien, quiero analizar la situación, como estando desde afuera, desde una perpsectiva un poco filosófica, para comprender lo sucedido, aunque guardaré para mí la especificidad de algunos de esos sentimientos. Y si no les interesa esto, pues no lo lean y ya. No hay bronca.
Últimamente no me he sentido bien, pero no es algo que no esperara, ¿Qué he sentido? De todo: soledad, ansiedad, tristeza, angustia, confusión, arrepentimiento, entre otras cosas… todo eso que a uno a veces le tocan sentir. Creo que hay situaciones que en el aspecto emocional, son el equivalente a un accidente grave… de los que tienen consecuencias mayores, donde pierdes un miembro o tu movilidad se ve comprometida, y creo que es por lo que estoy pasando… o sea, hablo de algo fuerte, algo que uno no deseaba que pasara, algo que uno no se merecía pero que no se pudo evitar y de lo que tal vez no se puede echarle la culpa a nadie, pero que igual te friega y te deja secuelas de por vida… y lo que me hace sentir peor es que ‘no iba solo en ese accidente’ y sentir que quien se llevó la peor parte no fui yo. Estoy consciente que a muchos les debe ir mucho peor que a mí, pero eso no evita que yo me sienta así, como haber perdido algo irremplazable (Si alguien sabe de lo que estoy hablando, bien, si no, lo siento, no lo explicaré). La bronca es ¿qué va a pasar de ahora en adelante? ¿Cómo aprender a vivir sin ese brazo o esa pierna? Tal vez ya no se puede llevar la vida que tenía planeada y hay que buscar un plan sustituto, uno que probablemente no será tan bueno como el original, pero que nos ayudará a sobrellevar las cosas… Además, el dolor va a seguir ahí un tiempo o tal vez de por vida, pero hay que aprender a seguir a pesar de ello, supongo que intentar ignorar aquello que no sane del todo (o tomar vicodín), porque en esa medida es como uno puede recuperar esa ‘normalidad’.
Si, quisiera dar marcha atrás y cambiar cosas. Pienso mucho en ello… pero ¿hasta donde habría que regresar? ¿Qué tanto hubiera sido necesario cambiar? El problema es que en el momento que las cosas sucedieron ya eran inevitables y tal vez lo único que iba a permitir arreglar aquello que causó las broncas era precisamente esto.
El maestro dijo una vez (y no me lo dijo a mí): “Haz que tus decisiones sean las correctas”. Lo que pasó ya pasó, y aunque no lo parezca, no fue la solución que hubiera preferido sino la única que sentí que quedaba en ese momento. Pero al menos, eso me ha permitido detenerme a revisar y comenzar a atender cosas que estaban mal de mucho tiempo atrás y tal vez hubieran seguido desatendidas. Ahora lo que me toca es hacer que lo que decidí sea lo correcto. Tengo que hacer que las cosas funcionen para mí y parece ser que eso me tomará más tiempo del que creí.
No pude cumplir con mis planes de terminar ciertas cosas para estas fechas, pero aun así, he avanzado en otras que no estaban en mi plan, pero son importantes. En ese sentido me siento tranquilo. No feliz, no puedo estarlo aun, pero si un poco tranquilo.
Tenía grandes planes para estas fechas, o mas bien, de tener terminadas varias cosas para estos días, algunas de las cuales quería publicar en este blog. Pero de nuevo, no se pudo. No importa, hay que volver a levantarse y volverlo a intentar. No importa cuantas veces tropecemos o caigamos, necesitamos ponernos de pié, sacudirnos el polvo y volver a caminar, aunque sea uno o dos pasos antes de la siguiente caída… aun cuando hay unas muy aparatosas que nos hacen sentir ridículos o que nos dejan adoloridos.
No abrí este blog para hablar de cosas personales, de hecho, me suelen caer mal las personas que tienen todo el drama de su vida en Internet, pero yo mismo no he podido evitar tocar esos temas de repente. Aun así, no quiero estarme lamentando (ni estármela mentando) a cada rato, pues mi intención siempre ha sido aprovechar este espacio para hablar de otras cosas, cosas interesantes. Si esa es la palabra mágica para mí: ‘Interesante’ y cuando algo es suficientemente interesante, se vuelve fascinante. Tengo muchos temas por ahí pendientes, pero no he tenido la inspiración suficiente para tomarlos y escribir de ellos. Ya habrá oportunidad (espero).
Volviendo a lo de las cosas personales, la verdad es que hasta me siento un tanto ridículo releyendo las ‘reflexiones sobre la vida’ que he escrito, jajaja. Digo, entiendo la importancia de las cosas que sentimos, pues sin ello, nada tendría sentido, pero cuando uno lee, habla o escribe de algo que uno no siente en ese momento puede parecer bastante... ridículo, no sé si haya otra forma de decirlo. Y creanme, últimamente he pensado y sentido muchísimas cosas sobre las que pensé escribir, pero evité hacerlo porque sé que en el futuro me sentiría ridículo leyéndome porque muchas de esas sensaciones son momentáneas (aunque intensas), y sobre todo, porque ¿Qué caso tendría hacerlo público en este medio? Creo que esa es la parte que no entiendo de los que exponen su vida entera en un blog. Es decir. Ultimadamente, si algún desconocido se topa por casualidad con este blog ¿Qué chingados le va a importar como me siento? Y si hay algún amigo al que realmente le interese, pues se lo podré contar en persona o de perdida por Messenger o mail.
Pero voy a intentar tocar el tema desde otro enfoque, de la manera mas fría y objetiva posible, no porque así lo vea, sino porque precisamente esas emociones o sensaciones repentinas y fugaces nos pueden hacer actuar de manera idiota y nos podemos arrepentir de decir o hacer cosas, que si bien son ciertas, cuando actuamos solo por impulso las decimos de la peor manera posible. Mas bien, quiero analizar la situación, como estando desde afuera, desde una perpsectiva un poco filosófica, para comprender lo sucedido, aunque guardaré para mí la especificidad de algunos de esos sentimientos. Y si no les interesa esto, pues no lo lean y ya. No hay bronca.
Últimamente no me he sentido bien, pero no es algo que no esperara, ¿Qué he sentido? De todo: soledad, ansiedad, tristeza, angustia, confusión, arrepentimiento, entre otras cosas… todo eso que a uno a veces le tocan sentir. Creo que hay situaciones que en el aspecto emocional, son el equivalente a un accidente grave… de los que tienen consecuencias mayores, donde pierdes un miembro o tu movilidad se ve comprometida, y creo que es por lo que estoy pasando… o sea, hablo de algo fuerte, algo que uno no deseaba que pasara, algo que uno no se merecía pero que no se pudo evitar y de lo que tal vez no se puede echarle la culpa a nadie, pero que igual te friega y te deja secuelas de por vida… y lo que me hace sentir peor es que ‘no iba solo en ese accidente’ y sentir que quien se llevó la peor parte no fui yo. Estoy consciente que a muchos les debe ir mucho peor que a mí, pero eso no evita que yo me sienta así, como haber perdido algo irremplazable (Si alguien sabe de lo que estoy hablando, bien, si no, lo siento, no lo explicaré). La bronca es ¿qué va a pasar de ahora en adelante? ¿Cómo aprender a vivir sin ese brazo o esa pierna? Tal vez ya no se puede llevar la vida que tenía planeada y hay que buscar un plan sustituto, uno que probablemente no será tan bueno como el original, pero que nos ayudará a sobrellevar las cosas… Además, el dolor va a seguir ahí un tiempo o tal vez de por vida, pero hay que aprender a seguir a pesar de ello, supongo que intentar ignorar aquello que no sane del todo (o tomar vicodín), porque en esa medida es como uno puede recuperar esa ‘normalidad’.
Si, quisiera dar marcha atrás y cambiar cosas. Pienso mucho en ello… pero ¿hasta donde habría que regresar? ¿Qué tanto hubiera sido necesario cambiar? El problema es que en el momento que las cosas sucedieron ya eran inevitables y tal vez lo único que iba a permitir arreglar aquello que causó las broncas era precisamente esto.
El maestro dijo una vez (y no me lo dijo a mí): “Haz que tus decisiones sean las correctas”. Lo que pasó ya pasó, y aunque no lo parezca, no fue la solución que hubiera preferido sino la única que sentí que quedaba en ese momento. Pero al menos, eso me ha permitido detenerme a revisar y comenzar a atender cosas que estaban mal de mucho tiempo atrás y tal vez hubieran seguido desatendidas. Ahora lo que me toca es hacer que lo que decidí sea lo correcto. Tengo que hacer que las cosas funcionen para mí y parece ser que eso me tomará más tiempo del que creí.
No pude cumplir con mis planes de terminar ciertas cosas para estas fechas, pero aun así, he avanzado en otras que no estaban en mi plan, pero son importantes. En ese sentido me siento tranquilo. No feliz, no puedo estarlo aun, pero si un poco tranquilo.
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