2017/12/31

2017 - 2018

Este año que está terminando fue muy pesado. En realidad, han sido como los últimos 20 meses, pero hubo unos cuatro o cinco meses al terminar el 2016 y comenzar el 2017 que fueron en particular complicados. Por fortuna, las cosas han ido mejorando, aunque no se han resuelto del todo y conté con el apoyo de varios amigos para sobrellevar la situación. Sin ustedes, no sé qué hubiera hecho. Les estoy muy agradecido.

También hubo cosas buenas en este tiempo, algunas muy memorables que voy a atesorar el resto de mi vida. Pero bueno, en vista de las dificultades, es necesario replantear y reflexionar, buscando la manera de que las cosas funcionen mejor.

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Hace años, leí algo que (aunque no recuerdo las palabras exactas ni con precisión quién lo dijo) se me quedó muy grabado. Parafraseando, una autora de comics decía: “Llegué a un punto en mi vida en el que aun no soy vieja pero no sé si el tiempo que me queda me alcanzará para hacer las cosas que me faltan por hacer”. Hablaba de los proyectos a los que hay que invertirle años para sacarlos adelante y cómo solo podemos hacer unos cuantos de esos en la vida, por lo que tenemos que elegirlos muy bien.

Bueno, desde hace años también me siento así. Ahora soy más viejo que ella cuando escribió esas palabras y aun no he concretado ninguno de mis “proyectos de vida”. Me he dedicado a hacer otras cosas o preparar el camino para cuando se puedan hacer, pero el tiempo se me está yendo. De hecho, siento que ya no me alcanzará la vida para terminar mis cosas, lo cual es bastante frustrante, pero aun así creo que debo intentar avanzar lo más posible. Es lo que me queda.

Sé que soy ambicioso. Quiero hacer muchas cosas muy específicas que no son fáciles de lograr, pero, sobre todo, no se trata solo de hacerlas por hacerlas o de hacerlas al aventón, sino de hacerlas “a mi manera”, o de otro modo no tendrían sentido. He tomado decisiones para poderlas hacer, pero tal vez mi estrategia ha sido equivocada porque no ha funcionado, así que tengo que hacer ajustes. Y mi problema no es solo con los “proyectos” que no he logrado terminar. De hecho, esa es la parte que menos me preocupa. Donde más corto me he quedado es en cuanto a mi vida personal.

Es por ello que tengo que enfocarme. Este año también dediqué mucho tiempo a actividades que me exigían mucho y no me estaban dejando un beneficio económico ni una satisfacción personal ni nada que me ayudara a avanzar en mis cosas o a sentirme mejor. Tengo que hacerlas a un lado. No puedo darme el lujo de dejar ir mi tiempo y energía, cada vez más escasos, en estas cosas. Pasé semanas trabajando a más no poder, desvelándome y malcomiendo, para poder terminar cosas que no eran mías… y al final, con toda la pena del mundo, tener que buscar a quién le podía pedir prestado para tener aunque sea algo de comer y pagar lo básico. Eso no está bien. Es sumamente desgastante. No es saludable y tampoco me hacía sentir bien. No necesito eso. No lo quiero.

Es contradictorio y físicamente imposible pero necesito trabajar más, necesito descansar más...necesito dinero, necesito leer más, necesito comer mejor, necesito hacer ejercicio, necesito dedicarme más tiempo a mí y a las cosas que disfruto… necesito redescubrir las cosas que disfruto porque prácticamente las he olvidado. Necesito avanzar y terminar mis proyectos, necesito atender mis necesidades personales. Necesito reprimirme mucho menos. Necesito buscar sentir cosas y externar lo que siento. Necesito otras cosas que aquí no menciono… el tiempo no me va a alcanzar para todo. Habrá que ver a qué se le puede hacer espacio y equivocarse lo menos posible.

Decir “NO” es una de esas lecciones de vida tan sencillas y tan difíciles de aprender. Lo intento siempre y pocas veces lo hago bien. Tengo que seguir trabajando en ello. Voy a tener que esforzarme más para decir “no” cuando me pidan ayuda. No puedo decir tajantemente que les negaré mi ayuda a los demás pero definitivamente seré menos proactivo en ese sentido. No quiero ser egoista… pero creo que debo serlo. Todos debemos serlo en la medida correcta y en estos momentos, lo necesito. Ayudar a los demás nunca ha sido parte de lo que quería hacer pero solía hacerlo con gusto. No quiero ser grosero o mal agradecido con quienes me han tendido una mano pero necesito atenderme a mí mismo y atender menos a los demás. Sé que no puedo ni debo aislarme completamente del mundo pero tengo que pintar mi raya. Estoy muy diezmado. No solo quiero tiempo para mis propios proyectos, quiero tiempo para descansar y para hacer cosas placenteras. Odio vivir solo para trabajar y muchas veces termino haciéndolo.Ya no quiero echarme cargas innecesarias. Ya no quiero desvelarme trabajando en proyectos que ni son míos ni me están dando para comer. Tengo demasiadas cosas que resolver como para ponerme a intentar resolver las de los demás.

Esta es una decisión consciente. Me alejaré, en la medida de lo posible, de las comunidades, de los eventos y otras actividades. No al 100% pero limitaré mucho mi involucramiento. Lo dosificare. Sé que también para mis proyectos necesito contactos y networking pero me abstendré de involucrarme en la organización de este tipo de actividades. Incluso, hay responsabilidades que tomé hace poco que no debí tomar y tengo que resolver qué hacer con ello. 

2017/10/22

OUTATIME



Desde niño, no solo me he sentido siempre fuera de lugar, sino como "fuera de tiempo"... demasiado joven o demasiado viejo para todo. En todos los grupos de las 13 escuelas en las que estuve antes de estudiar a la licenciatura, no solo me tocaba ser el nuevo, sino que siempre fui el más joven de mi grupo... pero al mismo tiempo, también era el "más grande". Implícita o explícitamente, era de quien más se esperaba. Estaba ahí porque me tocaba estar, pero yo debería estar en otro lugar... al menos eso sentía o entendía o suponía. A veces quería regresar a donde estaba antes, a veces sentía que ya debía haberme ido a otro lugar...

Primero de primaria lo recuerdo como algo desagradable, aunque mi mente borró la mayoría de los recuerdos. Era muy desesperante porque no había nada más que aprender y no podía socializar.

Años después, en una de las escuelas en las que cursé la secundaria, nos quedamos sin profesor de ciencias sociales como a los dos meses de iniciar el año escolar, así que, como yo era el jefe de grupo, el subdirector me encargó la clase. Él aplicaría exámenes, pero yo tenía que ver la manera de poner a trabajar y estudiar al grupo. Me apoyé en dos compañeros que tenían las mejores calificaciones. 

En otra ocasión, me tocó presentar un examen el primer día que llegué a una nueva escuela... y como terminé antes que los demás y tenía todas las respuestas correctas, el profesor me dio los exámenes para que yo los revisara... XD. A los pocos días me nombraron jefe de grupo también en esa escuela.

Nunca sentí ser excepcionalmente inteligente y mucho menos era carismático. Ni siquiera tenía las mejores calificaciones de la clase, pero varios profesores (con algunos me llevaba mejor que con mis compañeros de clase) me llegaron a decir que lograría grandes cosas siendo aun muy joven.

Eso no pasó.

Ahora, es el caso contrario. Siento que ya es demasiado tarde para muchas cosas. Que he logrado muy poco y que he desatendido partes importantes de mi vida. A veces, siento como si hubiera estado en coma por muchos años y de repente desperté y me di cuenta que me había quedado atrás. Supongo que, en parte, nunca fui realmente tan inteligente ni tan capaz como parecía.

El problema con ser viejo no es ser menos popular o estar menos 'In'. El problema es que los humanos caducamos. Morimos. Y en el proceso, nos desgastamos. Así que ser viejo significa que nos queda menos tiempo de vida (aunque, bueno...  también se puede morir joven), y entonces, nos damos cuenta de que tal vez ya no nos alcanzará el tiempo restante para hacer las cosas que queríamos. O peor aun, que aunque nos queden días ya no nos sean de utilidad porque ya no tenemos la energía o capacidad para hacerlas.

2017/10/17

Top 3 - Por década

El buen Emilio me hizo esta pregunta en Facebook y como yo soy bien acomedido, quise contestarla bien, pero para que las respuestas no se las lleve el viento, le contesté aquí y así poderme explayar un poco más:


Ok, bueno, aquí va mi respuesta, aunque rompa con mi ya-no-tan-tradicional "Top-8" (que también requiere actualizarse):

1970's 
Ya existía, pero era demasiado pequeño para jugar... XD

1980's
Aun era pequeño y no tenía consola, así que, como la mayoría, jugaba en la "maquinitas" algunas de las cuales eran consolas (sobre todo Atari y NES) adaptadas para echarles fichas . Siempre fui muy malo y perdía muy rápido. No iba tan seguido a jugar ya que aunque me gustaba mucho no me daban mucho dinero. Jugaba a veces una ficha o dos y perdía, así que me ponía ver jugar a otros y la mayoría de las veces pasaba más tiempo viendo que jugando. Aun no tenía mucho criterio para juzgar la calidad de los juegos. No sé si son los mejores pero al menos fueron de lo que más jugué:

1) Karate Champ (Arcade): Lograba ganar como 4 o 5 peleas. Se me hacía muy interesante como se controlaba porque usaba dos joysticks para cada personaje (y sin botones), aunque luego entendí cómo funcionaba y era muy básico, pero no por eso dejaba de ser interesante.
2) Punch-Out!! (Arcade): Me parecía muy impresionante cómo se veía y cómo se escuchaba. Nunca pasé de Bald Bull u_U
3) Galaxian (Arcade): Regularmente llegaba hasta la tercera escena. lo jugaba cuando tenía como 6 años y lo seguí jugando ocasionalmente después.




1990's
Por el contrario, en estos años es cuando más jugué. Probablemente el 80% o más de los títulos que he jugado en mi vida fueron durante esa década, así que será muy difícil limitarme a tres títulos y muy probablemente se me vendrán a la mente muchos otros que también me gustaría incluir. La consola que más jugué fue sin duda alguna, el SNES. La mayor parte del tiempo, jugaba con mi hermano.

1) Street Fighter II (Arcade, SNES): Este es el juego que más ha influido en mi vida, en varios sentidos. Mi hermano y yo lo jugábamos diariamente por años... y no, no nos aburría.
2) Super Metroid (SNES): Me sigue impresionando su calidad técnica y de gameplay, así como el que hayan logrado optimizarlo para que cupiera en un cartucho de SNES.
3) TMNT III: The Manhattan Project (NES): Con mi hermano jugaba mucho Beat'em Ups y algunos otros tipos de juegos cooperativos. De entre todos los que jugamos, creo que me quedaría con este.




2000's
Los últimos años de la década de los 90's jugué menos porque la crisis nos pegó y ya no pudimos comprar juegos mi hermano y yo. Los juegos recientes los jugaba más en casa de amigos... pero para el 2000 compré de nuevo consola y juegos (Dreamcas). Para esta década, seguía jugando, pero no tantos títulos ni tan constante, aunque conocí varios títulos muy interesantes que se agregaron a mi acervo. A partir del 2006, que fue cuando me comencé a dedicar profesionalmente al diseño de juegos, la cantidad de horas y títulos que jugaba disminuyó drásticamente:
1) Street Fighter III: 3rd. Strike (Arcade, Dreamcast): En realidad, el juego salió en 1999, pero no lo alcancé a jugar tanto en ese entonces. Fue una de las razones para comprar mi Dreamcast y no me arrepentí. Es mi juego favorito de todos los tiempos.
2) Soul Calibur (Arcade, Dreamcast): Este es otro de mis juegos de pelea favoritos, pero además, en general, como juego es muy muy redondo. Todo lo que tiene está bien hecho y está en su lugar. Las versiones posteriores nunca le llegaron al primer Soul Calibur. Esta fue otra de las razones para comprar el Dreamcas. Fue de esos juegos excepcionales que obtuvieron calificación perfecta en la mayoría de los reviews.
3) Killer7 (GameCube): Con este juego conocí el trabajo de SUDA51 que también lo considero uno de mis principales referentes e influencias. Sigue siendo mi favorito de los juegos que ha hecho su estudio, Grasshopper Manufacture.




2010's
Ha sido muy irregular lo que he jugado en esta década y por lo mismo, me cuesta mucho trabajo pensar en un 'Top' de juegos. En gran medida he tratado de ponerme al corriente con títulos que habían salido desde antes pero que nunca jugué... aunque también ha habido otra parte de jugar y comprar juegos que realmente no me llaman la atención, pero lo he hecho por "interés profesional" o bien, varios títulos que los juego solo "de pasadita" para conocerlos. Durante un par de años jugué muchos juegos de Facebook para ver qué había y tratar de entenderlos mejor. Por estas razones y por la falta de tiempo, son más los juegos que he comprado que los que he jugado, es decir, la mayoría de los juegos que compro ya no los juego... y cada vez se me acumulan más, aun cuando gasto mucho menos en juegos que en años anteriores. Mi entusiasmo por los videojuegos también ha disminuido mucho, y es muy raro que espere un título con ansía desde antes de su salida y aunque quiera, suelto tenerme que aguantar las ganas porque ya no tengo dinero para comprarlos. Mi última consola, la compré hace como 5 (PS3) años y desde entonces, solo he comprado tres juegos a precio de lanzamiento (uno de los cuales no lo he jugado) y los demás los he comprado en ofertas, regularmente pagando menos de $300 pesos por cada juego en formato física, aunque en los últimos dos años solo he comprado dos o tres juegos, y de ahí en fuera compro juegos descargables cuando hay ofertas. En Steam, no tengo tantos juegos como otras personas, creo que tengo como 70, pero no son ni cinco los que puedo decir que realmente he jugado. Mi colección se compone principalmente de títulos que compré en las ventas de verano y similares; de esos que terminan costando $20 o $30 pesos. En cada venta de ese tipo gasto unos $100 pesos para comprar unos 4 o 5 juegos, y tal vez uno que cueste más de $50. Todo esto lo explico para que se entienda por qué me costó tanto trabajo armar esta última lista, ya que no lograba encontrar 3 juegos que me hayan parecido suficientemente memorables; con lo cual, no precisamente quiero decir que los juegos nuevos sean malos o que lo "de antes era mejor", simplemente, ya no me emocionan como antes y tampoco juego tanto como antes. Además, como lo que más me gustan son juegos de tipo cooperativo o competitivo y no tengo con quien jugarlos, se pierde gran parte del encanto.

1) Marvel Avengers Alliance (Facebook): Así es, un juego de Facebook como mi favorito de la década, pero siendo que le dediqué tantas horas a lo largo de 4 años, sería hipócrita no ponerlo en este lugar y, además, no me arrepiento. Era un gran juego.
2) Triple Town (Facebook, Google+, Android): A todo mundo le recomiendo este juego... pero es realmente muy bueno. Sencillo pero con varias capas de aprendizaje que lo vuelven muy interesante. 
3) Dead or Alive 5 - Last Round (PS3): La verdad, es que no estoy seguro que este juego deba estar en esta lista. Estuve tentado a poner "Street Fighter III: Third Strike Online Edition" pero ya se me hacía mucho repetir el juego. "SF3TS" sigue siendo lo que más juego, a pesar de que ya no lo juego tanto, pero no se me viene a la mente ningún otro juego que diga: "¡ah, me faltó este!" y si tengo que pensarlo tanto, es porque seguramente no lo hay. Pensé en varios otros juegos pero al revisar me di cuenta que los había jugado antes de 2010. DOA5:LR es mucho mejor juego del que esperaba, pero no sé si lo suficiente para estar en el Top-3 de toda una década, aunque todavía quedan poco más de dos años para que surja algún otro que valga la pena. También pensé en poner en este sitio "Super Mario Galaxy" (lo jugué hasta el 2012), "Star Fox 64" para 3DS o "Ace Combat Infinity".



 



2017/10/13

Diario de Sueños - 2017/10/13

Tenía meses… tal vez más de un año que no recordaba vívidamente mis sueños. Sobre todo porque regularmente he estado durmiendo poco y muchas veces me despierto apurado porque hay cosas que hacer por lo que casi no recuerdo lo que sueño y cuando lo hago recuerdo muy poco, si acaso fragmentos o elementos aislados y regularmente lo olvido a los pocos minutos… Hoy también dormí poco y me desperté de prisa, por eso me sorprende doblemente recordar mis sueños con mayor detalle y extensión.

En realidad, fueron cuatro sueños, más o menos conectados entre sí. Para celebrar la ocasión decidí escribirlos y compartirlos.

Sueño01: La huida
Este sueño fue tal vez el más largo, pero el que recuerdo de modo más nebuloso, inconexo e incoherente.

Estaba dentro de una casa en un pueblo o villa, tipo medieval, escondiéndome o huyendo de alguien, no sabía de quien, solo que me tenía que esconder. No era una huida de “¡aaah!, ¡El asesino viene detrás de mí con un hacha!”, sino más bien, que varias personas del pueblo querían encontrarme y yo tenía que andar con cuidado para no ser descubierto. Había encontrado la manera de entrar a esa casa (que no era la mía, obviamente) y merodeaba por ahí tratando de no llamar la atención. La casa era de piedra, grande, y se veía que estaba habitada pero no veía a nadie, hasta que de repente, al entrar a uno como comedor (con mesa larga de madera) veía entrar a la habitación a una muchacha con un vestido azul, como de unos 15 años, haciendo labores de la casa. Como que estaba haciendo preparativos para la comida; parecía que era de la “servidumbre”, sin embargo, ella me veía y ni siquiera se inmutaba. Yo tampoco hablaba con ella para no llamar la atención.

Luego de unos instantes, por las ventanas, veía en los alrededores de la casa que llegaba gente que me buscaba y hablaban entre ellos tratando de averiguar por donde me había metido. Yo me agachaba para no ser visto y mientras miraba hacia el piso veía un par de gatitos muy pequeños. Uno era blanco y el otro no sé bien, pero era de color claro. Se acercaban hacia mí y yo veía un platito con leche en el suelo, así que se los acercaba y comenzaban a tomarla… me quedaba pensando en que a los gatos les suele hacer daño la leche de vaca (aunque sea común que les den leche) y no sabía si estaba bien o mal haberlos dejado tomarla.

Parecía que alguien se percataba de que estaba en la casa y empezaban a murmurar sobre qué harían para sacarme de la casa. De repente, se comenzaron a poner más agresivos y algunos se dirigían a buscarme mientras que otros comenzaron a arrojar objetos hacia la casa para hacerme salir o llamar mi atención. Para ese entonces, yo no estaba solo, sino que una mujer con ropa medieval como para combatir, estaba conmigo, como si estuviéramos en el mismo bando. Yo buscaba una salida por otra dirección hasta que lograba salir y después me veía, junto con la mujer huyendo en una especie de campo abierto. Me percataba que no tenía armas, únicamente llevaba conmigo un escudo de madera con el que podía cubrirme de lo que me arrojaran pero no podría contraatacar. Para entonces, ya no venían detrás nuestros perseguidores y el campo se había convertido en un bosque no muy denso, así que pudimos continuar la marcha con más tranquilidad. Llegábamos a una cabaña de madera en medio del bosque (como en los cuentos) que tenía al lado como un área techada, tal vez para amarrar a los caballos. Entrábamos a la cabaña y era tan solo un cuarto de unos 4 x 4 metros, con una cama, algunas vasijas y muebles pequeños. Un mobiliario muy básico, para una sola persona. Empezaba a hurgar en los rincones de la cabaña hasta encontrar una espada maltrecha de madera. Volteaba con mi acompañante y le decía, mostrándole la espada: “Mira. Con razón no encontraba la espada. Estaba aquí mismo, pero me salí muy rápido y no busqué bien cuando me fui. Si me la hubiera llevado, a estas alturas, seguramente ya la hubiera ‘upgradeado’”. Lo cual era una alusión directa a los juegos de “The Legend of Zelda” en los que obtienes de inicio un equipo muy básico, muchas veces en la habitación en la que inicias.

Sueño 02: Guadalajara
Esta parte es breve, básicamente solo fue una conversación, pero la recuerdo con bastante claridad.

Estaba en un mercado que se parece a otros mercados que conozco, pero no era ninguno en particular, aunque se suponía que era en la ciudad de Guadalajara. El mercado era limpio, no muy grande, bien iluminado, era de construcción reciente, pero tenía puestos de verdura, carnicerías y de comida preparada… como muchos mercados reales. Había un pasillo en un segundo piso por el que caminaba y miraba hacia abajo. Me seguía acompañando la mujer del sueño anterior, aunque no recuerdo cómo vestía, solo que ya no llevaba ropa medieval. Platicábamos de un proyecto en el que estábamos trabajando: teníamos que desarrollar un juego que tomaba lugar en la ciudad de Guadalajara, pero 1,000 años en el futuro y trataba algún tema tipo “juego serio”. Lo primero que platicábamos es que 1,000 años es mucho tiempo y en ese periodo puede pasar cualquier cosa con el mundo y Guadalajara podría verse de cualquier manera y no hay manera de predecir cómo sería tan a futuro. Podría ser que fuera tan solo ruinas después de una guerra o de ser abandonada la ciudad, o bien, podría ser la ciudad más importante y avanzada del mundo. No había forma de saber cuál predicción sería más correcta. Ninguna idea parecía disparatada… pero que aun así, lo mejor que podíamos hacer era analizar las condiciones actuales para tomarlas como punto de partida y trabajar sobre eso para plantear un cauce que nos lleve a un posible futuro, ya que eso le daría más verosimilitud y coherencia a nuestro trabajo. Ambos estuvimos de acuerdo con ello. De repente, recordaba el trabajo de la doctora Carolina Islas, ya que ella trabaja con “Location Based Games” y para ese tipo de juegos es muy importante tomar en cuenta el entorno y diseñar en función de ello. No se puede diseñar si no se conoce o no se investiga el lugar para el cual se está desarrollando el juego y pensaba que teníamos que aplicar la misma filosofía.

Sueño 03: Fisca y Química
Este es otro sueño breve que era más que nada una conversación, pero también lo recuerdo con relativa claridad.

No recuerdo si salía del mercado, pero de repente iba caminando por la calle platicando con dos de mis amigos científicos: Neko y Francisco Cuellar. Les comentaba que había visto una definición de “Física” que me había llamado mucho la atención. Neko me decía que seguramente era una definición toda mafufa y rebuscada pero yo le decía que no, que todo lo contrario, que era una definición muy breve, pero que lo extenso tal vez sería mi explicación de por qué me parecía relevante dicha definición. Antes de decirles la definición los iba a poner en contexto, pero no me dejaban muy bien explicarles lo que tenía que decirles, pero básicamente, lo que les decía es que desde hace años había pensado en que tal vez la Química, como ciencia, debería estar englobada dentro de la Física (lo cual es algo real, no solo del sueño) y Francisco me decía que eso no tenía sentido (jajaja) aun antes de explicarle el porqué de mi postura. Lo que yo les intentaba decir, aunque no lo lograba muy bien en el sueño, es que la Física y la Química estudian las propiedades del universo a distintos niveles. La Física estudia desde lo más pequeño que conocemos, que son las partículas subatómicas, como los quarks o los bosones… hasta lo más grande, como las estrellas, galaxias y la naturaleza del continuo espacio-tiempo… sin embargo hay un espacio intermedio que no se considera materia de estudio de la Física, el cual es lo que conocemos como Química. También les comentaba que creo entender por qué se dio de ese modo, que en primer lugar, pensaba que la complejidad del área de estudio de la Química es muy amplia pero está bien delimitada y por lo tanto, suena práctico establecerla como un área por separado ya que, incluso dentro de la química, hay diferentes ramas muy distintas entre sí. En segundo lugar, está el asunto de la costumbre: hay muchas denominaciones y clasificaciones que son completamente arbitrarias pero se siguen utilizando porque alguien las creo hace mucho, cuando no se podía saber si eran o no las más adecuadas, y ahora, aunque eso se pueda revisar, ya todos lo usan sin cuestionar si es lo mejor o no y, por lo tanto, modificarlo sería una tarea muy compleja.  Probablemente la diferenciación entre Química y Física sea una de esas cuestiones, que se haya dado solo porque se originaron de manera independiente la una de la otra, y aunque desde hace años estoy inclinado a pensar que taxonómicamente la Física debería englobar a la Química, no tengo elementos suficientes para afirmarlo tajantemente, solo tengo una hipótesis muy somera y necesitaría estudiar y analizar bien la situación para llegar a una conclusión sólida y por lo tanto, también estoy abierto a escuchar comentarios al respecto de cualquier tipo.  Pero, por lo mismo, también les comentaba que aun cuando yo pudiera demostrar que lo más correcto fuera clasificar la Química dentro de la Física, eso no significaría necesariamente que eso haría alguna diferencia, y que lo más probable es que la costumbre siguiera prevaleciendo. Sin embargo, mi alternativa, como siempre, ha sido la ficción, de modo que en mi universo ficticio, más concretamente en “LEN”, hay un planeta en el que si tienen clasificada la Química como una rama de la Física, y que es la herramienta que siempre he buscado  para proponer mis ideas.

A todo esto, no estoy seguro si en el sueño pude comentarles la definición que encontré (que no estoy seguro si solo era parte del sueño o realmente la vi en algún lado), la cual dice simplemente que la Física es “La ciencia encargada de estudiar la energía”, y bajo esta definición, sí sería necesario diferenciarla de la Química que se encarga más del estudio de la materia… aunque según la física, materia y energía son la misma cosa, así que…

Sueño 04: La prisión
Este es el último sueño, no fue tan extenso, pero fue el más vívido y que me hizo pensar en escribir lo que soñé.

Según el sueño, yo vivía en una prisión en la que también estaban mis amigos videolúdicos Ricardo Pestaña y Rubén Hernández, sin embargo, en realidad, no funcionaba como una prisión porque podíamos salir a nuestro libre albedrío. Es decir, vivíamos en unas celdas todas feas, grises y oscuras, que parecían calabozos y la prisión parecía un castillo. La distribución del lugar era muy similar a la prisión de “Butcher Bay” del juego de Riddick, pero el estilo de la construcción no era futurista, ni siquiera contemporánea, sino anticuada, parecía una edificación medieval o al menos tenía un estilo muy rústico. Los muros parecían de piedra, como si cada bloque de celdas fuera de una sola pieza y las habitaciones estuvieran talladas de un monolito gigantesco. No se veían uniones o bordes pulidos. Los pasillos entre las celdas también eran rústicos y parecían callejones empedrados. Al parecer cada bloque de celdas era un edificio separado de los demás y los pasillos no estaban techados de modo que se podría mirar hacia el cielo aunque no se veía nada. Era de noche y la iluminación en los pasillos era muy pobre no se alcanzaba a ver más que a unos cuantos metros. No se veían lámparas, por lo que yo asumía que era luz de antorchas aunque yo nunca las vi. Cada celda tenía una pesada puerta de madera con una ventanita con barrotes.

Cada uno de los “prisioneros” teníamos una celda individual y podíamos cerrarla con llave, tanto para gozar de privacidad mientras estuviéramos ahí como para dejarlas cerradas en caso de que saliéramos. Sin embargo, si salíamos, de poco servían las cerraduras porque los “presos” más agresivos solían forzarlas y de todos modos entraban a las habitaciones de quienes no estuvieran y se robaban lo que querían, así que lo mejor era quedarse para resguardar cada quien sus pertenencias. En el sueño, no vi más que a mis amigos en la prisión, pero sabíamos que había más presos en el lugar.

Había un evento en el pueblo cercano a la prisión, una feria o algo similar y por esa razón muchos habían salido a divertirse, aunque sabía que los presos más peligrosos seguían ahí, en sus celdas. Siempre se quedaban para aprovechar y robar las celdas de los demás, no tanto por necesidad sino simplemente para fastidiarlos. Lo cierto es que ningún preso tenía nada realmente de valor, más bien, el asunto era ese. Éramos tan pobres que cuidábamos a más no poder lo poco que nos quedaba. Perder una hoja, un lápiz, un libro era toda una tragedia. Aparte, yo me sentía ahí muy solo y pobre en ese lugar. No me sentía realmente prisionero, pero sentía que mi vida era patética porque en realidad no tenía a donde escapar no tenía a donde ir. Eso era lo mejor que tenía pero definitivamente no era suficiente. Al menos, contaba con mis amigos, con quienes podía conversar y distraerme y eso me permitía soportar la situación.

(Creo que no es difícil entender lo que toda esta situación del sueño significaba a nivel subconsciente).

Estaba en el pasillo frente a mi celda conversando con mis amigos, quienes me preguntaban si quería ir yo también al pueblo. Yo les decía que sí me gustaría pero que no quería dejar sin vigilancia mis pertenencias. Ellos también estaban indecisos entre ir o no por la misma razón. Aun así, luego de platicarlo un poco nos animamos a ir al pueblo, rezando porque a nuestro regreso encontráramos todo en su lugar. Cerré mi celda con llave y caminamos hacia la salida.

En el sueño, nunca vi el exterior de la prisión. Simplemente, luego de decidir salir, fue ”corte a” el momento en el que ya habíamos regresado… Yo venía un poco apresurado y preocupado por la posibilidad de que hubieran entrado a mi celda. Al llegar al pasillo, me di cuenta que la puerta estaba abierta. Me adelanté y entré a ver qué había pasado sin siquiera cerrar la puerta, dejando a mis amigos afuera sin decirles nada. Inmediatamente, noté que faltaba mi televisión y había unos cables arrancados. La televisión que tenía en el sueño (aunque no la vi, pero lo sabía) era un televisor en específico de la vida real, era la primer televisión a color que compraron mis papás para la casa, era de 14 pulgadas, y si mal no recuerdo, marca Samsung. La compraron cuando nos mudamos a Durango, y después de algunos años, se volvió la televisión que teníamos mi hermano y yo en nuestra recámara, en la que jugábamos videojuegos. No sé si aún esté en Saltillo ese aparato porque lo último que recuerdo es que ya fallaba. En el sueño, por alguna razón era la televisión que tenía en mi celda y por toda su historia, me dolía mucho que no estuviera. No sabía quién la tomó y supongo que de nada hubiera servido averiguarlo. Mi único consuelo que en ese momento pensé fue: “bueno, de todos modos, ya casi no veo televisión”, pensaba que tal vez necesitaría más libros y que no me vendría mal ponerme a leer. Revisé rápidamente mis demás pertenencias y al parecer era lo único que faltaba. Parece ser que de lo poco que tenía, ninguna otra cosa les interesaba. Aun siendo una televisión tan vieja era mi pertenencia más costosa.

En eso, recordé que tenía algo más de valor en mi celda y me apresuré a revisar. Mi celda no era completamente rectangular sino que tenía como otra pequeña habitación al fondo, aunque no había puerta que la dividiera, simplemente eran como dos cuadrados (uno grande y otro pequeño) que se intersectan parcialmente por una esquina. Fui rápidamente a la parte pequeña de la celda, que tenía llena de papeles desordenados y una mesa que usaba para trabajar, y sentí un gran alivio cuando me di cuenta que ahí estaba mi otra pertenencia valiosa. Mucho más valiosa que la televisión. Salió de debajo de la mesa, subió grácilmente y se posó sobre ella mirándome tranquilamente con sus grandes ojos mientras inclinaba su cabeza. Era un pequeño gato que había adoptado, tenía como tres meses de edad, de color anaranjado con el pecho blanco y tenía su pelo largo y esponjoso. Era muy bonito, parecía como de una postal. Al verlo, tan lindo y tan sereno, sonreí, me acerqué y metí la mano debajo de la mesa en la que estaba posado, buscando algo que había dejado pegado con cinta en un pequeño espacio entre la mesa y un montón de papeles. No tardé en encontrarlo. Lo sujeté y lo jalé para despegarlo. Era una bolsita de plástico con unas cuantas croquetas. La desaté y busqué un platito para servírselas. Me senté a su lado para verlo comer y le dije: “al menos no te vas a quedar sin cenar”.

Luego desperté… y recordé que no tengo gato. :(

2017/04/05

Hablando de Juegos y Juegos...


No estoy muy seguro de si realmente me gustan los videojuegos o solo me gustan los juegos de pelea...



Ok. Suena demasiado tajante decir "no me gustan los demás videojuegos", pero de un tiempo para acá, me di cuenta de que sí percibo y experimento los juegos de pelea de forma muy distinta a los demás y me pareció interesante analizarlo desde dos perspectivas:

1) A nivel personal, como jugador:
Muchos saben que ya no juego como antes y que cada vez tengo menos dinero para comprar juegos, ja… así que tengo que ser más selectivo con lo que consumo. Eso sin contar que mi cerebro, con tal de evitar la disonancia cognitiva, deja de desear cosas que muy posiblemente no puede tener, así que ya no me llaman la atención los juegos como antes. En medio de esta sequía, pensando en por qué no juego o qué me gustaría jugar, fue cuando noté esta diferencia. Aunque hay muchos videojuegos de varios géneros que me agradan, me divierten o me parecen interesantes, tengo que poner a los juegos de pelea (fighting games) en una categoría aparte porque me provocan un tipo de emoción que me hace disfrutarlos a otro nivel (y que extraño bastante porque ya casi nunca lo experimento), aunque obviamente, no me pasa siempre ni con cualquier juego de pelea. 

Para que me entiendan, otros juegos que me causan algo similar (aunque no igual) son algunos de carreras, FPS, estrategia, deportes o incluso el ajedrez; es decir, juegos competitivos. Pero esta sensación, aunque relacionada, no es lo que se denomina Fiero (que también ocurre en juegos 'single-player') sino la combinación particular de estrés y excitación que solo se da cuando uno se enfrenta a otro ser humano en igualdad de condiciones. Es decir, hay involucrado un fuerte componente social. En general, todos los juegos competitivos ofrecen este tipo de experiencia, pero personalmente, solo con los 'fighting games' logro ese grado de conexión, aun cuando nunca he sido muy bueno.


Hace unas semanas leí un artículo sobre neurobiología y videojuegos y me llamó mucho la atención una parte que habla de la diferencia en el desempeño en juegos competitivos entre hombres y mujeres, y en particular, del papel que juega la testosterona en estos casos. Aunque ahí mismo menciona que es un tema que no se ha investigado exhaustivamente y que los resultados no son concluyentes, me hizo mucho sentido cuando lo leí. A grandes rasgos, lo que dice es que los hombres liberamos una cantidad considerable de testosterona cuando competimos contra otros hombres, pero solo cuando esa competencia es significativa para el individuo. También menciona que los niveles de testosterona segregada cuando se compite con amigos o conocidos es menor que cuando se compite contra alguien desconocido; es decir, cuando la hostilidad se siente más real. Esta secreción de testosterona no se detectó en mujeres, aunque si se detectó la presencia de cortisol. Suena a un mecanismo de supervivencia muy primitivo, pero a la vez, me parece muy lógico porque no solo ayuda a la supervivencia del individuo sino del grupo. Y recordemos que los mecanismos de supervivencia regularmente se relacionan con el circuito de placer para motivarnos a repetir las acciones que nos ayudan a sobrevivir.

No quiero sonar sexista, y posiblemente lo que diré es tan solo un sesgo, resultado de mi limitada experiencia como jugador, pero yo sí percibo una diferencia al enfrentarme en juegos de pelea contra hombres y contra mujeres. Regularmente, siento que las mujeres juegan, pero no PELEAN, no compiten en serio… aunque tal vez la diferencia no solo está en ellas, por el solo hecho de ser mujeres, sino también en mi percepción al jugar contra ellas. Tampoco significa que todos los hombres jueguen con la misma intensidad los juegos competitivos. A muchos simplemente no les importan y los juegan solo para pasar el rato, pero con algunos amigos o con mi hermano (con el que jugué “Street Fighter II” muchos años) suele haber un mayor pique, no solo por ganar, sino incluso por cosas más triviales y espontaneas como el haberle hecho un parrying al otro o lograrle conectar un combo. Esto también explicaría el por qué no me gusta jugar online, porque aunque haya estrés, no se obtiene esa sensación causada al tener al oponente frente a frente.



Idealmente, la capacidad de los oponentes en todo juego competitivo debe ser similar para que exista esa incertidumbre de quién ganará y ese “Thrill” o sensación de riesgo, de modo que el enfrentamiento sea lo más parejo posible y el que se lleve la victoria sea quien demostró mayor habilidad y esfuerzo. Por esto último, también se procura evitar o minimizar los elementos de azar. Existe el dicho “En el Ajedrez no existe ni la suerte ni la piedad” que también suele aplicar aquí y es algo que se me quedó muy grabado desde la primera vez que lo escuché. Si quieres ganar, deberás trabajar para lograrlo. Eso también es algo importante y que me gusta de este tipo de juegos: La victoria se la lleva quien más lo merezca y esto es algo que no se maneja de manera tan estricta en los llamados “Party Games” como “Mario Kart” o “Smash Bros.” que utilizan ítems aleatorios y otros recursos para nivelar los enfrentamientos e intentar darles máyores posibilidades de ganar aun a los jugadores menos hábiles, porque su principal objetivo no es la competencia sino otro tipo de socialización. Ejemplo: la famosa Tortuga Azul, que es un gran acierto de diseño y cumple su función muy bien, pero como jugador, a mí no me agrada porque quien la obtiene no es por méritos, sino por ser quien ha jugado más mal en la carrera. Del mismo modo, esta es la razón por la que no me gustan del todo los sistemas en los que acumulas poder por sufrir daño y en los que hay movimientos que solo puedes ejecutar cuando estás siendo vapuleado o a punto de perder. 

Ok, todo esto explica en buena medida el por qué los juegos competitivos son estimulantes, pero ¿por qué en específico prefiero los juegos de pelea? Bueno, eso tiene que ver con mis rasgos de personalidad y para ser sincero, existen muy pocas cosas que realmente me emocionan y los juegos de pelea son una de ellas porque reunen una serie de características que apelan a mis gustos e intereses. Algunas las comparten con otros tipos de juegos pero otras no. Los juegos de pelea son exigentes por definición, requieren memorizar movimientos y combinaciones así como usar nuestra inteligencia y astucia para administrar el tiempo y el espacio de juego, crear estrategias y adaptarse a las condiciones cambiantes del combate, pero a diferencia de los TBS o los juegos de tablero, también requieren que el jugador tome decisiones muy rápidamente y las ejecute en el momento, y para esto, es necesario desarrollar agilidad mental, cordinación y destreza, (lo cual hace que sean para mí un reto complejo y atractivo). También, en los juegos de carreras, deportes y FPS se necesita este tipo de destreza, pero además, los juegos de pelea tienen algunas peculiaridades, como la duracción de los combates (que hacen que todo sea más rápido e intenso, incluidas la recompensa por la victoria o la decepción por la derrota), o que los duelos sean uno-contra-uno (de modo que la atención está centrada en un oponente, no en diez adversarios, no en la cancha, el marcador o la pista, lo que lo vuelve mucho más personal) y por supuesto el hecho de que estemos hablando de PELEAR, lo cual insintivamente hace que se perciba como una amenaza directa que puede detonar una respuesta emocional intensa, aun en un entorno virtual. 


Por supuesto, no todos percibiran esto del mismo modo ni buscarán este tipo de situaciones y emociones en un videojuego, hay muchos tipos de experiencias y cada quien elegirá las que le satisfagan mas, lo cual me lleva al segundo aspecto que quería tocar. 

2) A nivel profesional, como Diseñador/Investigador
Cuando me topé por primera vez con la ya clásica y un tanto desgastada discusión entre narratología y ludología, a mí honestamente me hizo brincar un poco… o bastante. Aunque en ese entonces todavía no tenía tan claros muchos conceptos y yo también pensé en algún momento en usar los videojuegos para contar historias, me desconcertó que quienes hablaban de narrativa en videojuegos dejaban en segundo plano o sacaban de la discusión las partes que para mí eran y siguen siendo las más importantes: La Competencia, la Interacción con otros jugadores y el Reto.

No creo que a alguien le sorprenda que desde entonces me decacanto por el bando ludológico, pero aclaro que, esto no quiere decir que estoy en contra que existan juegos o entretenimiento digital enfocados a la narrativa, más bien, lo que creo es que deberíamos ser capaces de acotar y diferenciar unos de otros y darle su lugar a cada cual. Todavía me dan retortijones cuando alguien dice cosas como que "la parte más importante de un buen juego es la historia" o que para hacer un juego, se debe comenzar por definir la historia.

De unos años a la fecha, siento que el término “videojuego” ha quedado muy chico y puede ser muy limitante ceñirnos a este si queremos explorar todo el potencial de los medios digitales interactivos. Por costumbre, seguramente seguiremos utilizando el término, aunque cada quien le dará el uso que mejor le parezca, pero me he dado cuenta que es fácil caer en discusiones estériles si, de entrada, cada quien está hablando de cosas diferentes. 

Hay juegos que definitivamente pueden analizarse y crearse desde ambas perspectivas, como una obra narrativa y como un sistema de reglas, pero para otros casos, se siente forzado tratar de meterlos en el mismo cajón, y más aun criticarlos desde el ángulo equivocado. Todavía hay muchos que miran con menosprecio los juegos competitivos y coalicionales por no tener una historia compleja o personajes desarrollados y los tachan de ser simples o inferiores cuando, en realidad, lo que sucede es que no lo necesitan porque el tipo de experiencia que buscan construir es de otra naturaleza. Si midiéramos todo con la regla de la narrativa ¿dónde meteríamos los combos, los ‘cancel’, los ‘footsies’, las comunidades de jugadores o los torneos como ‘EVO’ y los e-Sports en general?




Poniendo un ejemplo exagerado, aquellos que insisten demasiado en que los juegos de ahora son mejores porque tienen historia y personajes o que deben de tenerlos, me suenan como si en un fin de semana fuera a jugar una cascarita de football con los amigos y alguien dijera: “Ahora vamos a jugar football de una mejor manera. En lugar de que cada quien haga lo que quiera, les voy a dar un script donde dice a quien le tiene que pasar el balón cada jugador y cuantos goles va a meter cada equipo, y además, vamos a tener una estructura de tres actos y para efectos dramáticos, cada quien tendrá una personalidad definida y hablará de su pasado cuando reciba el balón”… no sé cómo se llamaría eso, pero ya no sería football. Al hacer esto, se estarían descartando varias características que definen el juego y lo hacen interesante y divertido. Esto sería casi como agarrar el cine e irle metiendo dinámicas y 'elementos interactivos' para modernizarlo hasta convertir las películas en telejuegos. ¡Maruja!

Entre la clasificación de tipos de diversion propuesta por Nicole Lazzaro, los terminos ‘Easy Fun’ y ‘Hard Fun’ me parecen bastante pertinentes y esclarecedores. Los juegos enfocados a la narrativa tienen su base en el cuadrante de la llamada ‘Easy Fun’, mientras que los competitivos están más bien arraigados en la categoría de ‘Hard Fun’ (con un componente importante de ‘Social Fun’). Estas categorías no son excluyentes, pero tampoco es necesario que abarquen varios cuadrantes.


Lo juegos competitivos no son los únicos centrados en generar ‘Hard Fun’ (también podemos incluir a los puzzles, shooters, beat'em up, algunos juegos multiplayer, juegos de plataformas, etc.) pero tal vez son los más alejados del aspecto narrativo (aunque pueden contener algunos elementos) porque su principal caracteristica es que tienen un desarrollo no lineal y un descenlace abierto, mientras que otros, como los Beat'em up o de plataforma, son en gran medida lineales, es decir, tienen uno o más caminos predefinido en los que los jugadores solo tienen cierto margen de acción, y al final son una suerte de 'puzzles' porque consisten principalmente en un patrón que el jugador deberá entender y resolver, además de usar su habilidad para evitar perder y poder sobrevivir hasta llegar a una meta predeterminada, pero el numero de opciones y la variabilidad entre sesiones de juego es limitada.

Por otra parte, los mejores juegos competitivos son aquellos que pueden jugarse en incontables ocasiones sin que el desarrollo y descenlace se desgasten y se vuelvan predecibles, y donde a cada momento los jugadores tengan decisiones interesantes que tomar. Es estos juegos, las acciones del jugador no se basan en una mera memorización de patrones, sino que requieren aprendizaje y reflexión. Aunque dos jugadores de ajedrez jueguen mil partidas entre sí, es prácticamente imposible que haya dos iguales. El resultado de cada juego lo determinará la interacción entre sus respectivas capacidades y seguramente, luego de varias partidas, notaremos que la forma de jugar de cada uno irá cambiando; ambos aprenderán de su propio juego y el juego de su rival. Las decisiones que cada jugador tome no serán por mera curiosidad sino que tendrán una intención práctica y una utilidad clara dentro del universo del juego: Tratar de superar al otro, y pueden ser evaluadas como buenas o malas basándonos en las reglas y dinámicas que definen el juego. La exploracion (de la manera en la que se entiende en otros juegos) es prácticamente nula. Se puede experimentar, pero al final, si uno se distrae haciendo movimientos innecesarios sin buscar una utilidad práctica lo más probable es que nos costará el juego. 

los que me conocen saben que casi todos mis ejemplos son con football y ajedrez
Para no extenderme más, creo que con esto deberá quedar claro mi punto de que esta clase de juegos tienen una naturaleza propia, digna de análisis y estudio; distinta a lo que uno puede encontrar en otros tipo de títulos y experiencias, por lo que me surge la pregunta ¿es necesario contemplar y analizar siempre a los videojuegos en conjunto? Creo que nunca ha sido obligado hacerlo y sin embargo solemos echarlos al mismo costal y cargar con todo el paquete. Podríamos comparar los videojuegos a otros medios como el cine y mencionar que aunque a algunos les pueden gustar más las comedias o las películas de terror, este se puede ver y estudiar como un todo sin hacer una mayor distinción entre géneros, formatos y estilos porque hay una serie de recursos comunes en todos los casos. Sin embargo, mi hipótesis es que esto no aplica de la misma manera a los videojuegos, porque a diferencia del cine y otros medios, la naturaleza de las experiencias, dinámicas y el rol que toma el jugador pueden variar mucho y eso me hace pensar que no existe un nucleo de reglas o recursos que apliquen a todos los casos... falta comprobarlo.

Por otro lado, si alguien está interesado en los deportes, no significa que forzosamente le van a gustar, va a estudiar o tiene que practicar todo tipo de deportes. Hay algunas disciplinas que pueden ser compatibles o complementarias, como en el atletismo, pero alguien que se dedique a natación tendrá una formación y entrenamiento muy distintos a alguien que practique halterofilia, equitación, football o boxeo, por nombrar solo algunos. Mi postura es que, bajo estos términos, la aproximación a los videojuegos sería algo intermedio entre el ejemplo del cine y el de los deportes.

Tal vez suene raro que insista con esta división en un momento en el que la tendencia de la industria internacional parece ir en el sentido contrario y donde a cada juego comercial exitoso le metieron o quisieron meter elementos de todo tipo para llegar a más audiencia, pero mi punto de vista siento que es como cuando dos personas intentan correr atadas de una pierna en lugar de que cada quien lo haga por su cuenta en la dirección que quiera.

También cabe la posibilidad de que ni siquiera es que sean cosas tan distintas como lo planteo aquí, y sea solamente un asunto de especialización, pero personalmente, preferiría enfocarme más a cierto tipo de juegos y conceptos con los que siento más afinidad, que creo entender mejor y sobre los que tengo un interés genuino por aprender más, en lugar de tratar de abarcar demasiadas áreas y, de cierto modo, sentirme forzado a sentir interés por todo lo que se denomina videojuego, cuando en realidad, nunca ha sido así. Y a título persona, es algo que me preocupa bastante cuando recuerdo que aun no he hecho ninguno de los juegos que realmente quiero hacer, que se supone que son la razón por la que decidí dedicarme a esto. No serían exclusivamente juegos de pelea, pero sin duda, va mucho por ahí el asunto. Han pasado muchos años desde que decidí dedicarme a esto de los juegos y para ser honesto, ni siquiera sé si realmente estos más cerca que en aquel entonces de lograr lo que quiero o lo que he hecho ha sido solo como caminando alrededor o en otra dirección.

Como ya lo he comentado en más de una ocasion, lo que yo quiero hacer, al menos en cuanto a juegos, es algo capaz de provocar una reacción de este tipo: