2008/06/28

Reflexiones sobre Comida

Hace poco fui a Taximaroa, como siempre, tratando de aprovechar el tiempo lo mejor posible, de ver a los parientes y amigos y pasarla a gusto. Una de las cosas que mas disfruto de por allá es la comida. No solo las cosas que solo se consiguen en aquellos lugares como las tradicionales corundas, el pan de zinapécuaro, los tamales de capulín o los garbanzos verdes con chile; también cosas que hay en todos lados pero que en cada lugar tienen su toque particular o que uno consume mas por nostalgia, para recordar cuando vivía allá y lo hacía como parte de mi vida cotidiana, como echarse una buena torta de queso con un jugo de naranja a un lado o ir al jardín a comerse un elote asado…

Las Fresas
Una de las cosas que por allá se consigue a muy buen precio y de excelente calidad es la fruta y la verdura. Mis favoritas son las zarzamoras y las fresas… Chale… ahora que fui vi unas fresas buenisísimas, grandes, rojas, jugosas y ¡a 15 pesos el kilo! (de las otras 'fresas' que están pensando también hay de repente una que otra, pero no están buenisísimas no creo que salgan baratas :P)… En el D.F. también hay fresa a muy buen precio en temporada, la llegué a ver hasta en $12.00/kg. pero las que ví en Taximaroa eran de mejor calidad (a diferencia de lugares como aquí en Saltillo donde el kilo de fresas refrigeradas-desde-quien-sabe-cuando viene costando alrededor de 100 pesos). ¿Pero saben que?... no compré fresas. ¿Por qué? Porque no tuve tiempo y lugar. Las fresas son muy delicadas y como andaba errante visitando parientes no tenía la certeza de poder encontrar un lugar donde lavarlas y comerlas con calma. Si las traía en la bolsa mas de una hora seguramente se maltratarían y perderían su encanto (si no es que se convertían en mermelada). Esperaba una oportunidad, es decir, pensaba: "tal vez al rato o mañana que vaya de pasada a casa de 'x persona'", pero esa oportunidad nunca llegó. Tal vez, en lugar de esperarla, debí crearla, pero ¿Cómo?.

Los Postres
Allá mismo, en Taximaroa, hay un negocio de postres sobre la calle de Cuauhtemoc, a una cuadra de donde vivía antes mi abuelita. Abren solo en las noches y venden gelatinas, flanes, arroz con leche, pay, y alguna que otra cosas que ahorita no recuerdo. No iba tan seguido cuando vivía allá, pero siempre me ha parecido muy sabroso todo lo que ahí venden y por eso, siempre que voy de visita, procuro ir y comprar algo, y siempre lo disfruto mucho. Pero hay algo en todo eso que me frustra y no se que hacer al respecto.

Como el tiempo que paso allá es poco, por lo regular solo tengo una oportunidad de ir en cada visita y mis visitas no son muy frecuentes. Por lo tanto, procuro comprar dos o hasta tres postres a la vez para desquitar la vuelta. Me gusta mucho el flan, así que ir y no aprovechar para comprarme una rebanada sería un desperdicio. El otro u otros dos postres que compro son una gelatina y/o un arroz con leche… Saboreo mi flan y lo disfruto mucho, tanto que me lo como con mas prisa de la que debería porque también quiero degustar el siguiente postre. Sigo con el segundo postre, pero el sabor dulce que me dejó el flan ya no me deja disfrutarlo al mismo grado, me empieza a empalagar un poco y me empiezo a sentir lleno. Si hay un tercer postre también me lo como y también me agrada mucho, pero ya no lo puedo saborear como el primero. Ya no lo disfruto al grado que me hubiera gustado. Ya empiezo a pensar que tal vez no debería comer tanta azúcar o simplemente mi estómago se siente lleno y mi lengua saturada y no distingo al 100% los sabores. Quisiera regresar y comprar mas postres porque no se cuando volveré, pero ya no los podría saborear o comer de la misma manera. Se arruinaría la experiencia. Tiene mucho que no como el pay de esa tienda. Las últimas veces lo he omitido en favor de otras opciones. Pienso que la próxima vez que vuelva sin duda lo compraré, pero para la siguiente vez, ya extraño el flan así que lo vuelvo a comer, y si se me ocurre comprar otra gelatina o el arroz, seguramente no habrá espacio para el pay… de nuevo. ¿Por qué no puedo comprarlos y comerlos todos? ¿Por qué tengo que esperar tanto para volverlos a comer? ¿Por qué no puedo ir mas seguido? ¿Por qué no puedo compartir eso con otras personas que quiero? Es un poco frustrante. Si estuviera 5 días allá y cada uno de esos días comprara un postre distinto y le dedicara el tiempo que cada uno se merece seguramente me sentiría mas satisfecho, pero por lo regular no pasa así, y tengo que renunciar a alguno de ellos. ¿Cuando probaré de nuevo ese pay? ¿Valdría la pena omitir el flan por única ocasión y darle al pay una oportunidad? ¿Y si vuelvo y ya no venden pay o ya no lo hacen tan sabroso? ¿Y si un día lo que no hubiera fuera flan?.

2 comentarios:

Discípulo de Nergal dijo...

Ten cidado. ¿Qué tal si un día el Flan descide vengarse y te come a ti?

Draco dijo...

esteeee... si... mejor ya no veas tantas películas tipo 'Zombies del Pantano'... ¿o que? ¿vas a hacer la del 'Flan Asesino'?