El Anuncio

Esto pasó el miércoles 14 de febrero en la tarde; en la noche de ese mismo día, saliendo del trabajo tomé estos apuntes a mano pero hasta hoy pude terminar de capturarlos, ajustar la redacción y subirlo a este blog:

Hace rato salí de la oficina para caminar un poco y comprar algo de comer. Al detenerme en una esquina, vi que estaban cambiando el anuncio exterior de uno de los negocios de la acera de enfrente. Apenas estaban comenzando a retirar la lona vieja para poder colocar la nueva. El giro de este negocio es la venta por catálogo de ropa interior para mujer.

Como es habitual en esta clase de anuncios, en la parte central contenía el logotipo en grande enmarcado con algunas fotografías para hacerlo mas vistoso. De las 4 fotografías, dos eran de modelos vistiendo algunas de las prendas que ofrece la marca; de ese tipo de fotos como las que aparecen en la publicidad de ‘Vanidades’ o ‘Cosmopolitan’ y que a veces hacen que parezca que esas publicaciones están dirigidas a hombres mas que a mujeres: Modelos atractivas (jóvenes, guapas y de buen cuerpo), con prendas breves, ajustadas y sutilmente provocativas (pero obviamente, muy distintas a las fotografías de revistas como ‘H’ o ‘Maxim’, que con poca o mucha ropa, son mas ‘explícitas’).

Pero el que estas imágenes sean tan bien logradas no depende solo de la modelo, sino también de una excelente composición, iluminación e incluso edición. No solo son imágenes de una alta calidad estética si no de muy buen gusto, lo suficiente como para permanecer en la vía pública las 24 horas en un negocio cuyos clientes son precisamente mujeres (aunque tal vez en el centro de Mexicali eso no importa demasiado).

Sin embargo, siendo mas específico, de las imágenes del anuncio había una en particular que desde la primera vez que la vi me llamó poderosamente la atención. No se si la descripción ayude en algo, ya que muchas fotografías de este tipo podrían encajar en ella y ser a la vez muy distintas al grado de no causar el mismo impacto que la que menciono, pero lo intentaré. De entrada, la modelo era sumamente guapa y correspondía con lo que considero uno de los prototipos de mujer mas bellos: Su cabello liso y oscuro contrastaba hermosamente con el terso tono claro de su piel. Su rostro joven (pero no infantil) poseía facciones finas y definidas. Su cuerpo era delimitado con suaves curvas distribuidas en un fino equilibrio, que resaltaban evidentemente sin llegar a ser demasiado pronunciadas. La composición y edición sin duda se encargaban de subrayar todos estos elementos y las prendas enmarcaban bellamente su silueta sin revelar demasiado. Su postura era a la vez bastante natural y ligeramente sensual mientras que su expresión facial era muy sutil, pero no dura y su mirada se dirigía hacia abajo, alejada del objetivo de la cámara dándole cierto un aire misterioso e interesante.

Cuando en ese momento vi que lo retiraban, sin duda sentí cierta tristeza pero mas sorpresa, pues no me había percatado sino hasta ese momento de lo agradable que era pasar y verlo todos los días saliendo del trabajo rumbo a la parada del camión. Pero además, me di cuenta del desgaste que por el tiempo habían sufrido los colores, opacando literalmente la belleza de la imagen. Sin embargo, yo recordaba haberla visto en ‘todo su esplendor’ y recordaba mentalmente esa imagen. Seguramente, cuando la vi por primera vez debió tener muy poco de ser colocada. Y es que a fin de cuentas, ya tenía casi un año de ese evento y tal vez simplemente estaba cumpliendo su sitio… Un año… no lo había meditado hasta que caí en cuenta de esto… de lo rápido y lento que transcurre el tiempo; Que nunca me aburrí de voltear a ver la imagen ligeramente cada vez que pasaba por ahí. De que un año ya no es poco tiempo y que muchas cosas pasan y cambien en ese periodo, como los anuncios de las tiendas. Lo cambiarán por otro que en esencia será similar, pero no será el mismo, así como nosotros seguimos siendo los mismos y a la vez no.

Mas tarde, a la salida del trabajo, pasé de nuevo y aun no terminaban de cambiar el anuncio, pero la parte donde estaba la foto que me interesaba ya había sido retirada. Vi el pedazo de lona sobre el pavimento y me detuve; pensé en ese instante en preguntar cual sería el destino de la impresión desechada y que tal vez podría conservarla aun así en su estado de decoloración. Pensé en que pronto me mudaría y no podría llevármela, en donde pondría colocarla en mi casa, en lo que me podrían contestar ante mi petición y sobre todo, en si realmente tenía caso intentar llevármela… pasó otro instante y aun no había deliberado nada… dio vuelta un camión y la ruta me llevaba a mi casa. Lo abordé… voltee una vez por la ventanilla y pensé incluso en bajar, pero solo un instante. Ahora ya lo decidí. No haría nada. Me resigné a ello y no me molestaba no tenerla. A fin de cuentas, era solo un pedazo de lona descolorido y sin utilidad, que además, no podría conservar por mucho tiempo… pero algo si me incomodó y me hizo arrepentirme un poco: el hecho de no haber hecho nada. De no haber siquiera preguntado. Tal vez si lo hubiera pedido, me hubieran dicho que si, me lo hubiera llevado a mi casa y ahí lo hubiera echado a la basura estaría mas tranquilo y satisfecho, pero no hice nada y eso si me molestó. A veces dejamos pasar demasiadas cosas importantes, pero son asuntos tan triviales como este los que nos hacen darnos cuenta de ello. Algo irónico.

Al otro día volví al trabajo y antes de llegar a la oficina, me detuve en la esquina, voltee hacia atrás y observé el nuevo anuncio y la nueva imagen que aparecía en su lugar. No era desagradable sin lugar a dudas, pero no era la misma y no me agradaba tanto como la anterior. Soy alguien que no se desprende de las cosas fácilmente y por lo tanto, difícilmente acepto cosas nuevas que vengan a ocupar el lugar de algo anterior que apreciaba.

Justo a tiempo!. A pocas horas de irme, no quería hacerlo sin subir este post que se había quedado en el tintero tantos días, y curiosamente, anoche platicaba con mi novia de algunas cosas que tienen relación con la primer parte de este tema.

Seguiré escribiendo desde otra locación, aunque algunos tal ves ni siquiera sepan cual es la anterior o cual es la nueva.