Abordaba el avión, tomaba mi asiento, iniciaba el despegue. Todo el viaje transcurría con aparente normalidad... pero, al arribar a mi
destino, algo no estaba bien.
No recuerdo con precisión cuál era el problema. Creo que era el haber llegado demasiado temprano o alguna otra tontería de esas que solo en
los sueños tienen sentido. El punto es, que a causa de ese motivo, cualquiera que este fuere, yo decidía no bajar aun del
avión... pero el vuelo no terminaba ahí, ya que la ciudad de México era tan solo una primer escala y su trayecto continuaba hacia otros
destinos en centro y sudamérica... y, como yo no descendía del avión,
simplemente el avión continuó su recorrido, sin que nadie me dijera que tenía que descender.
Después de varias
escalas, caía en cuenta de que si no me bajé en mi destino original
¿cómo rayos iba a regresar? porque ni siquiera tenía dinero para pagar
un boleto de vuelta y, conforme más me alejara, más difícil y caro sería
retornar. Para esto, cada destino parecía más como parada de transporte
urbano con trayectos de solo unos cuantos minutos entre uno y otro. Algo así como viajar en metro, con paradas programadas cada cierto tiempo. Al
momento en el que entré en razón y entendí que tenía que bajar del avión lo más pronto posible ya estaba por llegar a Bolivia. En lo que preparaba mi descenso, me quedaba pensando en lo tonto que fue no haberme bajado a tiempo porque, al parecer, todo fue un capricho mío y, si no hubiera reaccionado en ese momento, de seguro el vuelo me hubiera llevado hasta la patagonia. Pero también me quedé pensando: "Por
lo menos, hubiera aprovechado para bajarme en Colombia " ya que allá tengo varios amigos a los que aprecio mucho y quiero visitar.
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